Agenda 2030

Agenda 2030 y Objetivos de Desarrollo Sostenible

En la pasada cumbre de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible (2015), los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas adoptaron la Agenda 2030 que incluye 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como una oportunidad para que los países tomen acción en favor de la eliminación de la pobreza, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente, la protección de los océanos, el diseño de nuestras ciudades, entre otras.

La Coalición de Economía Circular está alineada con esta agenda internacional de muchas maneras, especialmente con los ODS relacionados con la protección del medio ambiente, el consumo y la producción sostenible, la generación de empleos verdes y de calidad, el desarrollo de ciudades sostenibles, y las alianzas y la cooperación. De acuerdo con One Planet Network, la Iniciativa de Ciclo de Vida, y el Panel Internacional de Recursos, algunos de los ODS relacionados con economía circular son:

La igualdad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Gracias al avance de la economía circular como camino hacia el desarrollo sostenible, se espera la mejora en el uso de la tecnología y un aumento significativo de empleos verdes disponibles como oportunidades de desarrollo personal, educativo y laboral, tanto para mujeres como hombres.

De acuerdo con las Naciones Unidas, la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial y se prevé que este porcentaje aumente, y más de 1700 millones de personas viven actualmente en cuencas fluviales en las que el consumo de agua supera la recarga. Ante este panorama, la economía circular busca empujar el flujo del agua hacia su ciclo natural, aplicando tecnología que le permita aprovecharla una y otra vez.

El acceso a la electricidad en los países más pobres ha comenzado a acelerarse, la eficiencia energética continúa mejorando y la energía renovable está logrando resultados excelentes en el sector eléctrico. Sin embargo, es necesario pensar a largo plazo para reducir las pérdidas de energía en su distribución y tener una adecuada gestión circular de los materiales y activos utilizados para el desarrollo de la energía eólica y solar.

Un crecimiento económico inclusivo y sostenido puede impulsar el progreso, crear empleos decentes para todos y mejorar los estándares de calidad de vida. De acuerdo al reporte Business & Sustainable Development Commission, el cumplimiento de los ODS podría alcanzar los 12 billones de dólares de crecimiento global hasta el 2030, creando 380 millones de puestos de trabajo. En ese mismo periodo, según Accenture, la transición hacia la economía circular, como parte de los ODS, podría dar lugar a un crecimiento global de 4,5 billones de dólares, lo que mejoraría la resiliencia de las economías.

De acuerdo a la CEPAL, América Latina es la región más urbanizada del mundo en desarrollo. Dos tercios de la población latinoamericana vive en ciudades de 20.000 habitantes o más y casi un 80% en zonas urbanas. No cabe duda que son motores económicos de sus países y que también generan altas tasas de presiones ambientales. Para lograr comunidades con servicios y sistemas seguros que garanticen una adecuada calidad de vida de los ciudadanos, la economía circular es una gran aliada, ya que de acuerdo a la Fundación Ellen MacArthur, estas pueden empujar la agenda circular y garantizar una transición que apoye a cumplir con las prioridades de vivienda, movilidad, agua, energía y desarrollo económico.

El consumo y la producción (fuerzas que empujan la economía del mundo) dependen del uso del medio ambiente natural y de los recursos, de forma que continúa teniendo efectos destructivos sobre el planeta. Frente a ello, la economía circular propone revalorizar los recursos y materiales ya producidos para incorporarlos en una circularidad continua que permita reducir significativamente la explotación indiscriminada de recursos y que active un manejo adecuado y sostenible de los mismos. Esto será posible gracias a un consumo más consciente y responsable de la población, así como a la adopción de patrones sostenibles de producción, que tomará en cuenta criterios de origen de recursos tanto en bienes y servicios.

Aunque el inicio de la pandemia disminuyó los GEI por un breve periodo, el cambio climático no se ha detenido y continúa siendo el principal reto del siglo. Para dar respuesta a este desafío, la economía circular se presenta como uno de los caminos a tomar, pues permite reducir las emisiones de GEI, al disminuir el consumo y explotación de materia prima virgen. De hecho, puede ayudar a abordar el 45% de las emisiones totales de GEI que se generan por la forma en que fabricamos y usamos los productos y la forma en que producimos alimentos (EMF).

Los ODS solo se pueden conseguir con asociaciones mundiales sólidas y cooperación; la creación de esta Coalición es muestra de ello. Los socios estratégicos y representantes de gobiernos que la conforman, reconocen que crear una visión y una perspectiva común para apoyar la transición hacia la economía circular, da respuesta a los ODS planteados y priorizados.